RUBÉN FUENTES Coexistence
Exposition personnelle - Galerie DUMONTEIL Paris
38 Rue de l'Université, 75007 Paris (mardi-samedi 11h-19h), 22 novembre 2019 - 4 janvier 2020
(photographie: Alain Nahum, texte: Magaly Espinosa)
Exposition personnelle - Galerie DUMONTEIL Paris
38 Rue de l'Université, 75007 Paris (mardi-samedi 11h-19h), 22 novembre 2019 - 4 janvier 2020
(photographie: Alain Nahum, texte: Magaly Espinosa)
Rubén Fuentes: apariencias, protección y calma. (fragmentos)
“Los sabios dicen que el estado onmisciente es aquel en el
que el alma encarnada se vuelve una con todo”
Guru Gita.
Vuela la pintura, no porque se convierta en un pájaro, no porque el trazo se pierda en el lienzo, sino porque nos hala y nos funde con ella. Rubén es al mismo tiempo un pintor y un pensador tenaz, como han señalado los críticos que se han acercado a su obra 1, investiga poniendo en función de su creación el conocimiento acumulado, porque para él significan lo mismo: sensibilidad y sabiduría, actuar y amar la vida 2.
En la exposición Anthropo-scène 3 la representación humana fundida con árboles y montañas se reiteraba desde diferentes soluciones formales, en la presente muestra Coexistencia, toma otra dirección, en la que predominan animales envueltos en circunstancias que los corporizan mezclando el mundo natural con el animal. Partiendo de esta premisa, acoge situaciones que representan mitos, leyendas y creencias reinterpretadas desde una perspectiva que expande su significado original.
La experiencia creativa acumulada tras más de 10 años de trabajo con antiguas técnicas orientales basada en la utilización de la tinta china, así como de pinturas monocromas cuyo tema central es el paisaje, se dirigen en esta ocasión hacia una combinación de tinta, acrílico y óleo. Dieciséis obras, y un políptico parecen agotar esta mezcla de animales metamorfoseados o trasmutados, que se convierten en espíritus custodios del ser humano guiándolo por el camino a emprender, o evocan sucesos que denuncian los graves problemas que está provocando el cambio climático a la naturaleza y cómo ello es resultado de una política errónea en la utilización y conservación del medio natural.
Siguiendo esta perspectiva Rubén hace pintura de su espiritualidad, no en el sentido de la habitual presencia de este componente en la creación, sino concibiéndola portadora del propio hecho pictórico, en el que animales se enfrentan a los humanos con el poder que conlleva la vastedad infinita de lo natural. La presencia que adquieren es de una perdurable belleza que justifica la metamorfosis que los hace fuertes y delicados, difíciles de describir y al mismo tiempo, portadores de antiguas tradiciones que parecen sostener una zoolatría vinculada a ceremonias, mitos o a las fuerzas totémicas que los sostienen.
Este bestiario que solo existe en el mundo fantástico creado por Rubén, aparece en formas conocidas ideando otra carne frondosa y tupida, que siempre está en calma. Si los animales semejan un monstruo bueno, los árboles constituyen figuras salidas de un cuento desde el que parecen decirnos: “aprende de mi silencio” “todo perdura” y “todo es efímero”. Bajo esa calma, intemporales y estáticos, dan la impresión de que los encuentros entre ellos nos acercan a la exacta disciplina del sabio que conoce cómo transitar del macro mundo al mundo espiritual sin levantar sospechas, un tránsito que se presenta como otra de las constantes de su creación.
Aunque la calma, el sosiego y la tranquilidad son cualidades de estas composiciones pictóricas, el estatismo y el sobredimensionamiento de las figuras, paradójicamente imponen cierto temor, pues parece que nos anuncian un acontecimiento que está por venir sin que sepamos cuál es. Tal bruma de intenciones como son la calma y el temor, que en apariencia suelen ser opuestos, dota a las obras de sensaciones y afectos, dando por resultado que acercarnos a estos no humanos nos humaniza. Detrás del ser humano hay mucho dolor, tras la naturaleza un amor que nos abriga.
Ante tal fuerza y tal belleza no es posible ser indiferentes. En la presente muestra distinguimos animales sujetos a acontecimiento que los empoderan sobre los humanos: “…Mis obras poseen una arborescencia continua, una boscosidad que todo lo puebla y lo abarca 4 …el mundo salvaje resulta ganador sobre el mundo civilizado… Un mundo en el que la naturaleza ha retomado su papel de heroína, y como en los paisajes chinos y japoneses del “shanshui” la figura humana es como un pequeño insecto, apenas perceptible…5
La filosofía del desposeído en este caso toma la investidura de un enfrentamiento entre dos mundos, en el cual hay un agresor y un agredido, por ello sus lienzos nos presentan encuentros, enfrentamientos y batallas que le ofrecen “…una voz a los que no pueden hablar…” 6, voz que se desliza contándonos sobre la leyenda de un cuervo convertido en montaña acompañando a un chamán en su viaje de interconexión con la naturaleza, osos disueltos en glaciares que se derriten producto del cambio climático, un león que se funde con la montaña metaforizando significados históricos, el tránsito entre los mundos visto a través del paso de una abertura situada entre rocas y vegetación o desde una elevada escalera cuyos peldaños están formados por plantas, bordeados por árboles y coronados por una luz intensa como apertura a otra dimensión de la vida.
También son temas de esta muestra los cultos sincréticos cubanos, un rico universo de leyendas y pataquines, en los que predominan enseñanzas y sabiduría ancestrales. En ellos se inspira la obra La mesa de Ochun. Esta es una deidad del panteón Yoruba que tiene el poder de comunicarse con el mundo animal y ser portadora de la fertilidad y la abundancia. La pieza realizada con acrílico y óleo muestra dos árboles frondosos que sostienen el caudal de la vida, sus ramas se extienden separadas por un río y en cada orilla asoman animales que intentan comunicarse entre sí, logrando un paisaje de ensueño que podría ser la esencia de la vida.
En otra obra del año 2014, Llegada a la gran ceiba, el artista recrea la imagen de este árbol que es venerado por todas las religiones afrocubanas. “…Es el tronco sagrado de Olofi, el palo más poderoso, el más santo y misterioso…” 7. Las funciones que desempeña van desde servir de talismán, como depositario para enterrar daños y hechizos, hasta un sitio donde se ofrece comida a los muertos y se realizan ritos funerarios. La imagen del árbol se idealiza rodeada de una niebla azul, se duplica como si brotara de un lago que le sirve de reflejo, proyectándose desde el interior de la tierra a la vez que flota ingrávida, para que su presencia sea solo un sueño.
El camino de la vida ha hecho que dos hombres se encuentren, uno es el artista gestor de este proyecto, el otro, el profesor y pensador, Gustavo Pita. Rubén fue su discípulo en sus años de aprendizaje académico. La doctrina filosófica del maestro Pita, su forma de humanizar el conocimiento, de concebir la vida, cautivaron a más de un alumno y germinó en Rubén en su forma de imaginar su obra, de amasar una pintura de la que brota otra existencia en la que todo tiene espacio, desde un pájaro en vuelo desplegando sus alas atravesado por ríos que lo fragmentan, u orangutanes muertos cubiertos de palma aceitera, hasta un bosque al que cuidan los animales y maltratan los hombres, desde las dudas hasta los convencimientos.
Magaly Espinosa.
Citas.
1-Entre ellos se destacan los textos de Suset Sánchez: Sobre la contemplación (desde algún lugar de occidente) de los paisajes de Rubén Fuentes, palabras al catálogo de la exposición Antropo-escena (título original en francés Anthropo-scène), Galerie Felli, París, 2018 / y en CdeCuba Art Magazine No. 26, 2019 , Gustavo Pita: Islas y montañas, en CdeCuba Art Magazine No. 13, 2013 y María Carolina Piña: Paisajes mentales, un llamado a respetar la naturaleza. Entrevista realizada para Radio France Internationale 2015 disponible en: http://www.espanol.rfi.fr/cultura/20151130-paisajes-mentales-un-llamado-respetar-la-naturaleza
2-Al respecto se puede consultar su Tesis doctoral: Influencias zen de las pinturas monocromas orientales en obras de los artistas cubanos Tomás Sánchez, Leandro Soto y Rubén Fuentes. Universidad Politécnica de Valencia, 2015 disponible en https://riunet.upv.es/handle/10251/53631.
3-Galerie Felli, París, Francia, junio, 2018.
4-Rubén Fuentes. ¿Porqué pinto paisajes en la época del antropocentro? Texto inédito. Pág. 9
5-Idem. Pág. 13.
6-Idem. Pág. 23.
7-Ramírez Cabrera, Luís E. Diccionario básico de religiones de origen africano en Cuba. Instituto Cubano del Libro. Editorial Oriente. Cuba. 2014. Pág. 77
“Los sabios dicen que el estado onmisciente es aquel en el
que el alma encarnada se vuelve una con todo”
Guru Gita.
Vuela la pintura, no porque se convierta en un pájaro, no porque el trazo se pierda en el lienzo, sino porque nos hala y nos funde con ella. Rubén es al mismo tiempo un pintor y un pensador tenaz, como han señalado los críticos que se han acercado a su obra 1, investiga poniendo en función de su creación el conocimiento acumulado, porque para él significan lo mismo: sensibilidad y sabiduría, actuar y amar la vida 2.
En la exposición Anthropo-scène 3 la representación humana fundida con árboles y montañas se reiteraba desde diferentes soluciones formales, en la presente muestra Coexistencia, toma otra dirección, en la que predominan animales envueltos en circunstancias que los corporizan mezclando el mundo natural con el animal. Partiendo de esta premisa, acoge situaciones que representan mitos, leyendas y creencias reinterpretadas desde una perspectiva que expande su significado original.
La experiencia creativa acumulada tras más de 10 años de trabajo con antiguas técnicas orientales basada en la utilización de la tinta china, así como de pinturas monocromas cuyo tema central es el paisaje, se dirigen en esta ocasión hacia una combinación de tinta, acrílico y óleo. Dieciséis obras, y un políptico parecen agotar esta mezcla de animales metamorfoseados o trasmutados, que se convierten en espíritus custodios del ser humano guiándolo por el camino a emprender, o evocan sucesos que denuncian los graves problemas que está provocando el cambio climático a la naturaleza y cómo ello es resultado de una política errónea en la utilización y conservación del medio natural.
Siguiendo esta perspectiva Rubén hace pintura de su espiritualidad, no en el sentido de la habitual presencia de este componente en la creación, sino concibiéndola portadora del propio hecho pictórico, en el que animales se enfrentan a los humanos con el poder que conlleva la vastedad infinita de lo natural. La presencia que adquieren es de una perdurable belleza que justifica la metamorfosis que los hace fuertes y delicados, difíciles de describir y al mismo tiempo, portadores de antiguas tradiciones que parecen sostener una zoolatría vinculada a ceremonias, mitos o a las fuerzas totémicas que los sostienen.
Este bestiario que solo existe en el mundo fantástico creado por Rubén, aparece en formas conocidas ideando otra carne frondosa y tupida, que siempre está en calma. Si los animales semejan un monstruo bueno, los árboles constituyen figuras salidas de un cuento desde el que parecen decirnos: “aprende de mi silencio” “todo perdura” y “todo es efímero”. Bajo esa calma, intemporales y estáticos, dan la impresión de que los encuentros entre ellos nos acercan a la exacta disciplina del sabio que conoce cómo transitar del macro mundo al mundo espiritual sin levantar sospechas, un tránsito que se presenta como otra de las constantes de su creación.
Aunque la calma, el sosiego y la tranquilidad son cualidades de estas composiciones pictóricas, el estatismo y el sobredimensionamiento de las figuras, paradójicamente imponen cierto temor, pues parece que nos anuncian un acontecimiento que está por venir sin que sepamos cuál es. Tal bruma de intenciones como son la calma y el temor, que en apariencia suelen ser opuestos, dota a las obras de sensaciones y afectos, dando por resultado que acercarnos a estos no humanos nos humaniza. Detrás del ser humano hay mucho dolor, tras la naturaleza un amor que nos abriga.
Ante tal fuerza y tal belleza no es posible ser indiferentes. En la presente muestra distinguimos animales sujetos a acontecimiento que los empoderan sobre los humanos: “…Mis obras poseen una arborescencia continua, una boscosidad que todo lo puebla y lo abarca 4 …el mundo salvaje resulta ganador sobre el mundo civilizado… Un mundo en el que la naturaleza ha retomado su papel de heroína, y como en los paisajes chinos y japoneses del “shanshui” la figura humana es como un pequeño insecto, apenas perceptible…5
La filosofía del desposeído en este caso toma la investidura de un enfrentamiento entre dos mundos, en el cual hay un agresor y un agredido, por ello sus lienzos nos presentan encuentros, enfrentamientos y batallas que le ofrecen “…una voz a los que no pueden hablar…” 6, voz que se desliza contándonos sobre la leyenda de un cuervo convertido en montaña acompañando a un chamán en su viaje de interconexión con la naturaleza, osos disueltos en glaciares que se derriten producto del cambio climático, un león que se funde con la montaña metaforizando significados históricos, el tránsito entre los mundos visto a través del paso de una abertura situada entre rocas y vegetación o desde una elevada escalera cuyos peldaños están formados por plantas, bordeados por árboles y coronados por una luz intensa como apertura a otra dimensión de la vida.
También son temas de esta muestra los cultos sincréticos cubanos, un rico universo de leyendas y pataquines, en los que predominan enseñanzas y sabiduría ancestrales. En ellos se inspira la obra La mesa de Ochun. Esta es una deidad del panteón Yoruba que tiene el poder de comunicarse con el mundo animal y ser portadora de la fertilidad y la abundancia. La pieza realizada con acrílico y óleo muestra dos árboles frondosos que sostienen el caudal de la vida, sus ramas se extienden separadas por un río y en cada orilla asoman animales que intentan comunicarse entre sí, logrando un paisaje de ensueño que podría ser la esencia de la vida.
En otra obra del año 2014, Llegada a la gran ceiba, el artista recrea la imagen de este árbol que es venerado por todas las religiones afrocubanas. “…Es el tronco sagrado de Olofi, el palo más poderoso, el más santo y misterioso…” 7. Las funciones que desempeña van desde servir de talismán, como depositario para enterrar daños y hechizos, hasta un sitio donde se ofrece comida a los muertos y se realizan ritos funerarios. La imagen del árbol se idealiza rodeada de una niebla azul, se duplica como si brotara de un lago que le sirve de reflejo, proyectándose desde el interior de la tierra a la vez que flota ingrávida, para que su presencia sea solo un sueño.
El camino de la vida ha hecho que dos hombres se encuentren, uno es el artista gestor de este proyecto, el otro, el profesor y pensador, Gustavo Pita. Rubén fue su discípulo en sus años de aprendizaje académico. La doctrina filosófica del maestro Pita, su forma de humanizar el conocimiento, de concebir la vida, cautivaron a más de un alumno y germinó en Rubén en su forma de imaginar su obra, de amasar una pintura de la que brota otra existencia en la que todo tiene espacio, desde un pájaro en vuelo desplegando sus alas atravesado por ríos que lo fragmentan, u orangutanes muertos cubiertos de palma aceitera, hasta un bosque al que cuidan los animales y maltratan los hombres, desde las dudas hasta los convencimientos.
Magaly Espinosa.
Citas.
1-Entre ellos se destacan los textos de Suset Sánchez: Sobre la contemplación (desde algún lugar de occidente) de los paisajes de Rubén Fuentes, palabras al catálogo de la exposición Antropo-escena (título original en francés Anthropo-scène), Galerie Felli, París, 2018 / y en CdeCuba Art Magazine No. 26, 2019 , Gustavo Pita: Islas y montañas, en CdeCuba Art Magazine No. 13, 2013 y María Carolina Piña: Paisajes mentales, un llamado a respetar la naturaleza. Entrevista realizada para Radio France Internationale 2015 disponible en: http://www.espanol.rfi.fr/cultura/20151130-paisajes-mentales-un-llamado-respetar-la-naturaleza
2-Al respecto se puede consultar su Tesis doctoral: Influencias zen de las pinturas monocromas orientales en obras de los artistas cubanos Tomás Sánchez, Leandro Soto y Rubén Fuentes. Universidad Politécnica de Valencia, 2015 disponible en https://riunet.upv.es/handle/10251/53631.
3-Galerie Felli, París, Francia, junio, 2018.
4-Rubén Fuentes. ¿Porqué pinto paisajes en la época del antropocentro? Texto inédito. Pág. 9
5-Idem. Pág. 13.
6-Idem. Pág. 23.
7-Ramírez Cabrera, Luís E. Diccionario básico de religiones de origen africano en Cuba. Instituto Cubano del Libro. Editorial Oriente. Cuba. 2014. Pág. 77